Marcia Lorena García Recalde; María Antonella Cabral López
Rev. Carta Inter., Belo Horizonte, v. 18, n. 2, e1323, 2023
5-28
investigación: las exportaciones, las cuales se definen por Vega (1994, 196)
como: “el conjunto de mercaderías que los productores de un país venden a
compradores del exterior”.
Históricamente, los países de América Latina y el Caribe han mantenido
reducidos niveles y grados de diversificación exportadora porque sus exportaciones
han estado concentradas principalmente en recursos naturales y productos
primarios. Este comportamiento generó un desempeño ineficiente, por debajo
de lo que cabría esperar en función al tamaño y nivel de desarrollo económico
de estos países. Estos bajos niveles de diversificación exportadora pueden ser
muy costosos en términos de crecimiento económico (Martincus 2010).
Este último autor señala que los problemas de información pueden incidir
en los costos de comercio que implica la exportación. Martinicus (2010, 2)
menciona que:
cuando deciden exportar, las empresas deben recabar información sobre
el proceso formal de exportación en el país; los métodos de transporte y
sus costos correspondientes; los potenciales mercados en el exterior y sus
perfiles de demanda; las condiciones de acceso a tales mercados; los canales
a través de los cuales pueden despertar interés y pueden comercializar; y
los posibles socios comerciales.
Estos problemas de información pueden constituir una importante barrera
de entrada a los mercados de exportación. Según Martincus, C. V., Carballo, J.,
& Gallo, A. (2011) se puede esperar que estas barreras sean más severas cuando
se introducen nuevos productos de exportación (margen extensivo) que cuando
se intenta expandir las ventas al exterior de un bien ya exportado (margen
intensivo).
En este sentido, la intervención económica se justifica por la existencia
de una falla en el mercado: las externalidades de información. Sin embargo, el
dilema surge al determinar cómo solucionar dicha falla y quién lo hará. Por un
lado, las empresas privadas por sí solas no incurrirán en costos de investigación y
marketing para recabar información sobre el mercado extranjero por dos motivos:
los altos costos y, la consideración de que esto puede beneficiar también otros
competidores (Lederman D., Olarreaga, M., & Payton, L., 2006). Por otro lado,
para que la acción pública sea aconsejable, el bienestar social debería aumentar
en términos netos como consecuencia de ella. Por ende, desde una perspectiva
influencia política de los estados en favor de sus intereses económicos en los
mercados internacionales” a fines prácticos.
Conforme a Okano-Heijmans (2011), la diplomacia económica puede dividirse
en 3 categorías de estudio. La primera, involucra estudios de los efectos de la
diplomacia económica dentro del comercio internacional: estos estudios se refieren
a las embajadas como promotoras de exportación, marca país, etc. Luego, la
segunda emplea estudios de datos macroeconómicos y microeconómicos para
analizar netamente cuestiones de interpretación económica de las negociaciones,
como cooperación o conflicto y el intercambio comercial en sí. Y, por último, la
tercera categoría vinculada a la economía internacional, aborda a la diplomacia
económica desde la perspectiva de un estudio de los negocios, lo que incluye el
entorno político en el que se desenvuelven las compañías multinacionales y la
efectividad de la gestión diplomática en cuestiones empresariales internacionales.
Para los propósitos de esta investigación se considera la primera categoría de
estudio reseñada.
La diplomacia económica tiene un papel importante en cuestiones relacionadas
con la provisión de apoyo analítico de información a los órganos gubernamentales
del país sobre los proceso de negociación (Manasserian 2017). Para tal efecto, se
vale de instrumentos variados: una presencia comercial que funciona como vector
de influencia; una posición de acreedor; una ventaja financiera o tecnológica;
o también una capacidad de inversión que se traduce en influencia (Pereira
Mendes Leal 2011).
La importancia de la diplomacia económica radica en su influencia directa en
la economía, ya que los gobiernos la diseñan y aplican en favor de sus intereses
con el objetivo de promover el bienestar y la seguridad nacional. Un punto de
convergencia de los intereses económicos nacionales es siempre el PIB5. El
mismo puede ser medido desde tres diferentes formas: del gasto, del ingreso y
del valor agregado. Particularmente, debido a sus componentes, el enfoque del
gasto es la medida que se ajusta mejor a los propósitos de esta investigación.
Acorde a Larraín y Sachs (2002, 27), el Método del Gasto se puede definir de
la siguiente manera: PIB = Consumo de las familias + Inversión en capital +
Gastos del gobierno + Exportaciones – Importaciones. Como se puede apreciar,
el método del gasto incluye un elemento de interés para la naturaleza de esta
5 PIB: “es la producción total de bienes y servicios finales realizada por factores de producción localizados en
el interior del país, en un periodo que, generalmente, es de un año” (Vega,1994; p.373).
PEI: escenario